INVESTIGANDO LOS PETROGLIFOS DE CHECTA - 2da Parte

 Por Tito Alcides Zavala Guardamino

 


Llegamos al paradero CHECTA en la carretera  de Lima a Canta  en ese automóvil  Kia de color blanco.

 Al frente, en la otra vereda de la carretera está un kiosko  muy surtido donde se puede adquirir frutas y bebidas gaseosas que son muy oportunas para llevar en la excursión hacia la cima de un cerrito muy escarpado donde se encuentran los famosos Petroglifos de Checta.

Observamos a la  amplia carretera de  Canta que hoy día se encuentra en  mejor condición pues se ha ampliado y mejorado mucho como una autopista principal.

 Al fondo se observan los campos  de cultivo que riega el rumoroso Río Chillón…

En la base de este cerrito que conduce a Checta, se encuentra el letrero que nos indica que estamos en Checta.

CHECTA en idioma ancestral parece indicar que se refiere a las “piedras partidas” que son realmente la forma en las cuales se grabaron los diseños de los petroglifos. Cuando fui por primera vez, calculo como unos 12 años antes, encontré en  las casitas que están cerca del letrero que vemos en la fotografía, a la señora Consuelo Livia Aranguren, una heroica damita canteña que durante muchísimos años  se había impuesto la tarea  histórica de cuidar los petroglifos de Checta.  Los cuidó y limpió hasta que sus fuerzas ya no le ayudaban…en forma muy similar a la recordada Dama de las Pampas de Nazca, la invalorable María Reiche, la historia les debe un gran reconocimiento a ambas, y los canteños deben  recordar siempre la labor desinteresada de doña Consuelo Livia Aranguren…

Entonces, para llegar a los petroglifos de Checta tenemos que ascender por un caminito bastante difícil por lo empinado y llenos de piedras pulidas que no permiten un ascenso muy rápido…

Cuando llegamos a la cima del cerrito observamos diversos letreros en las piedras  y en los cactus propios del terreno seco y árido de la zona, por ejemplo junto al camino encontramos un letrero firmado con pintura blanca escrito por el historiador Pablo Macera en el año 1940… En los cactus de los entornos también los nombres de muchos visitantes  de investigadores; yo también cogí una espina del cactus y grabé mi nombre y la fecha en una  hoja fresca de un cactus…


He aquí pues que yo estoy llegando a la meseta de la cima del cerrito y tenemos al fondo al inefable Río Chillón y la vegetación que se forma gracias a sus frescas aguas.

Debemos pues caminar hacia los cerros  vecinos de esta meseta unos 100 o 150 metros hasta llegar a los lugares donde comienzan a verse los numerosos  petroglifos diseñados en unas rocas “partidas” que se encuentran  sobre el suelo y desplegados en  toda la zona plana hasta que se asciende por las faldas donde se encuentran muchas rocas enclavadas en el cerro y que contienen también números petroglifos…

Hemos ido subiendo pues hacia las faldas del cerrito que colinda con los  cerros vecinos donde se observan varios “hatos” de ganado caprino pastando allí…

En estos cascajales de rocas rojisas y cerca de la cumbre encontramos restos de paredes circulares construídas con las rocas rojisas, seguramente eran de  las casas de los pobladores ancestrales de Checta y  es bastante difícil el caminar por esos lugares; pero lo hicimos para investigar más el entorno de los petroglifos.

Buscando pues más novedades hemos descendido hacia los lugares donde se encontraban los petroglifos y pudimos localizar al petroglifo especial que era nuestro objetivo.

 

 


Este es la roca “partida” que tiene el diseño del petroglifo “Icono” del santuario de Checta y que el símbolo de este yacimiento…

Yo he llevado mis instrumentos de medición adecuados,  wincha de metal en centímetros y pulgadas,  una wincha electrónica digital para obtener medidas más precisas.  Llevé mis planos matemáticos MEGAMATHCHART para dibujar con precisión los diseños y una calculadora digital científica para ver resultados…

Y se muestran pues los diseños de este petroglifo Icono de Checta. Observamos claramente que en la parte  derecha está la imagen del ser humanoide  que nos muestra muchos datos exactos y rigurosos de la increíble sabiduría de nuestros sabios abuelos ancestrales que eligieron CHECTA para dejarnos sus legados. Y creo yo que ha sido porque en este lugar el clima es casi seco y no es lluvioso y de este modo se conservan por mucho tiempo los petroglifos que están grabados en bajo relieve y no solamente pintados,  los que están pintados son los nombres y dibujos que le han ido agregando muchos visitantes que han tergiversado los mensajes ancestrales; como ya no está cuidando la ancianita Dama de Checta, doña Consuelo Livia Aranguren y nadie los cuida, le han dibujado por ejemplo junto al Icono de Checta, el símbolo nazi de la Cruz Gamada… e incluso existen huellas de maltrato con cincel como si hubiesen querido dañar los diseños…



Midiendo la cola del “cometa” sonriente que acompaña al diseño

Del Icono de Checta.


He aquí pues muestras fidedignas de las mediciones realizadas al petroglifo Icono de Checta…

Si queremos interpretar los datos científicos y artísticos que encierran estos petroglifos, tendremos que hacer un tratado voluminoso y por eso muchos investigadores peruanos y extranjeros lo han investigado y se han “Doctorado” hasta en La Sorbona de París, Francia…¡Qué importante es CHECTA!

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