“CHABARAN”: UN BORRIQUILLO SABIO - Primera parte
Escribe QUIPACHO
Desde que aparecieron sobre
la faz de la Tierra los animalillos llamados “burros” caracterizados por sus
grandes orejas, su magnánimo carácter y una gran docilidad para con sus “amos”
los seres humanos, se ganaron la fama de
ser muy menguados de entendimientos; por lo que todo aquel humano que es un
poco tardo en su actuar se hace acreedor al sobrenombre de “burro”.
Quien sabe esto es ser demasiado injusto con nuestros amigables
y condescendientes amigos orejudos y de sonrisa carismática donde nos enseñan
su gran dentadura. Los asnitos son muy serviciales y afrontan los trabajos más
duros de la vida en el campo y yo
recuerdo que en Quipán todos los
comuneros tenían uno o varios burritos que servían para el transporte de las
“cargas” y hasta servían de “monta” para sus dueños o sus hijos…En los tiempos
que residía en el pueblo, muy contados
comuneros tenían los caballos, las yeguas y los mulos que ahora se ven en
grandes cantidades en los videos y fotografías que suben los modernos
comuneros como Santiago
Guardamino Gonzales; en los tiempos
antiguos veíamos acampar en su portal al caballo de la familia de don
Maximiliano Peña en su colonial mansión
cerca a la portada . También el Sr. Corphus Santos tenía un mulo o llamado “macho” que le servía de
montura y para otros menesteres.
En mi casa nosotros teníamos un burrillo muy jovial, inquieto y carismático llamado CHABARÁN. Mi padre lo empleaba para sus cargas, para llevar cosas cuando se hacían los “trasteos”, inclusive era una herramienta de labranza para “arar” las chacras. Chabarán llevaba en su lomo bien asegurado su arado de metal pequeño como para su fuerza, su “collarin” para acondicionar el arado y demás implementos de labranza. Chabarán siempre caminaba muy orondo hacia los caminos que lo llevaban a los trabajos variados que requería su concurso. Curioso sistema el de arar con el señor Chabarán; a mi correspondía la tarea de ir guiando el camino a Chabarán al cual yo le sostenía del cuello con una soga mientras se araba las “melgas” que eran como una espirales cuadradas que poco a poco se iban juntando en el centro de la melga.
Conocemos que es una gran tradición que cuando se debe arar las chacras en los terrenos cultivables sean nuevos o “purún” o “barbecho” o en las chacras de regadío como en Ireycha, cada familia preparaba sus dos toros de “yunta” que era manejado con el famoso “gañán” que era un joven que sabía controlar a los toros de la “yunta” con gran fuerza y carácter usando un palo delgado y grande como una lanza con un aguijón en la punta para “aguijonear” a los toros…Ese trabajo era todo un rito, desde el cuidado anterior al día del trabajo, los toros bien alimentados y bien cuidados, el gañán bien desayunado con un opíparo desayuno para que pueda responder a la dura tarea de gañán. En el caso de mi casa, mi padre le obsequiaba sus buenas comilonas a Chabarán y este burrillo reemplazaba a la yunta de bueyes y después de arar ya al regreso al pueblo venía siempre jovial y orondo y muchas veces me traía a mí como jinete pero sin dejar de mirar a las burritas guapetonas a las cuales le lanzaba un soberbio rebuzno de piropo mientras caminaba con desparpajo sin igual.
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