Jicamarca: (Des)control de su territorio comunal – Segunda parte

Autor : Blas Gutiérrez Galindo

 2.2.Formación acelerada (1980-1990)

Durante esta década surgieron la mitad de los anexos de la comunidad, lapso caracterizado por una serie de sucesos críticos que afectó seriamente la organización territorial y política de esta comunidad campesina.

Durante el proceso de ocupación de estas tierras los delegados de los anexos en formación se encargaban de reclutar familias en determinados barrios de Lima a quienes se les asignaba un lote, siempre con acuerdo de las autoridades de la comunidad matriz. Los nuevos ocupantes de estos lotes, en su gran mayoría migrantes venidos del interior del país, eran aceptados por la comunidad en calidad de "comuneros asimilados". Muchos de los anexos se han formado en base a personas nacidas en un mismo pueblo o en base a familias que residían con anterioridad en un mismo barrio limeño. Es ilustrativo ver, por ejemplo, que el anexo Alta Paloma está ocupado por asimilados que proceden en su mayoría de la parte norte de Ayacucho y que los asimilados del anexo San Antonio de Torreblanca proceden del distrito limeño de Comas. También el centro laboral brindó a los asimilados la oportunidad de una mejor integración, es el caso del anexo Canto Grande, donde la mayor parte de los miembros tienen su centro laboral en el Mercado Mayorista limeño.

En la década de los 80 el proceso de formación de anexos y la consiguiente asimilación de migrantes adquirió una dinámica tan acelerada que rápidamente la población de la región costeña de la comunidad (parte baja) rebasó con creces a la población de jicamarquinos natos residentes .en el pueblo y en las estancias de la sierra (parte alta). Ello despertó en los asimilados el deseo de ejercer el control de la comunidad; materializar este anhelo no les fue difícil.

La transferencia de poder de la comunidad matriz a los anexos se produjo en 1983, cuando los asimilados participaron por primera vez en un proceso electoral de la comunidad. Tres años más tarde, tras un período de impases jurídico-administrativos, los asimilados obtendrían la personería jurídica de la comunidad, en elecciones ganadas por amplia mayoría. Estas nuevas autoridades de la comunidad fueron reconocidas oficialmente por la Dirección de Comunidades. Desde entonces se estableció un nuevo período de gobierno de la comunidad y al mismo tiempo se instauró relaciones tensas entre los anexos y la matriz. La transferencia o paso del poder a manos de asimilados residentes en los anexos se produjo a través de un confuso proceso en el que los jicamarquinos originarios pero residentes en la parte baja (en anexos y en otras zonas de Lima) cumplieron un papel de enlace.

Durante el período 1980-1985 se gestan los anexos La Vizcachera, El Vallecito, Santa Rosa, La Parra, El Algarrobo, Río Seco, ubicados en la margen derecha del río Rímac, y el anexo Río Seco, en la margen izquierda del Chillón (altura del kilómetro 31 de la carretera a Canta). A partir de 1985 se acentúan las relaciones de clientelaje político en los centros poblados marginales. En esos años se crearon los anexos de Los Jardines de Jicamarca, Media Luna, Canto Grande, Santa Cruz de Cajamarquilla, La Campana, San Antonio de Torreblanca, El Portillo. El pueblo de Jicamarca, llamado "parte alta" por estar ubicado a 3 200 metros de altitud, en la práctica se redujo a un anexo más, donde sus propias autoridades ejercen el poder dentro del espacio de la comunidad matriz.


a). Durante el gobierno militar de Velasco, estos anexos optaron por retirarse de la comunidad para convertirse en "pueblos jóvenes"

b). En 1987 a raíz de la ocupación de la quebrada vecina de Torre Blanca. este anexo tomó el nombre de San Antonio de Torreblanca. Inicialmente se ubicaba a la altura del km. 22 de la carretera a Canta pero por el crecimiento del distrito de Carabayllo fue reubicado al km. 24

c). A partir de los años '80 este anexo es absorbido por el distrito de Santa Rosa de Quives, debido a su cercanía al pueblo de Yangas (Canta).

d). Estos anexos, aún figurando en los' registros de la comunidad, sin embargo no tienen ubicación definida; al parecer. se trataría de áreas de ocupación

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 La comunidad ahora es regida por nuevas instancias organizativas, ellas son:

- Junta Directiva de cada anexo, con un presidente que se encarga de organizar periódicas asambleas los días domingos, donde se informa sobre diversos asuntos internos, como inclusión de nuevos asimilados, la asignación y demarcación de lotes, estado de los juicios, etc,

- Asamblea de Delegados: Esta asamblea se reúne generalmente en Lima, en ella los representantes de cada anexo ventilan problemas comunes, No hay participación de ningún representante de la comunidad matriz,

- Directiva Comunal: Asume la representación legal de la comunidad, Cada uno de sus miembros  pertenece a un anexo, acá tampoco hay participación de los comuneros de la matriz, Como las otras dos instancias, sus miembros se renuevan por elección cada dos años,

Para la renovación de las autoridades la Directiva Comunal tiene un padrón de electores donde figuran todos los comuneros originarios y los comuneros asimilados de los anexos. Naturalmente hay en el padrón, más comuneros asimilados que comuneros originarios, éstos apenas llegan a 190 familias y los primeros suman miles,

Cabe anotar que en los anexos existen ciertas organizaciones ajenas a la comunidad, es el caso de las asociaciones de vivienda, que a diferencia de la comunidad, ofrecen la titulación de las tierras que ocupan, Acá el área del lote está destinada exclusivamente a vivienda. Estas asociaciones fueron formadas en algunos casos por los primeros asimilados, que al ver las relaciones conflictivas entre los dirigentes comunales optaron por apartarse y constituirse en asociaciones privadas de vivienda,

En otros casos son fruto de la venta de terrenos de la comunidad por alguien que manifiesta ser propietario de los mismos, Una parte de los juicios que mantiene la comunidad es con este tipo de asociaciones, Esta situación es fuente de una constante tensión entre los pobladores.

A inicios de los '90 existían 24 anexos, según las declaraciones públicas de las autoridades. Al intentar hacer un seguimiento de éstos se ha logrado establecer la ubicación y nombre de los mismos que puede resumirse en el cuadro N" 3.

Los espacios en blanco indican la existencia de áreas de reserva, separadas originalmente por asociaciones con propósitos urbanizadores (como la llamada El Erial) donde en su mayor parte todavía no hay habitantes residentes, La lista oficial de anexos no incluye a otros que ya habían sido fundados: Santo Toribio de Pucará, Buenos Aires Alto, Huampaní, La Parra y El Portillo, Tampoco figura la comunidad matriz. El anexo Santa Cruz de Cajamarquilla, fundado el 7 de febrero de 1988, es en cierta medida una reacción al crecimiento acelerado del número de anexos de la comunidad, ya que fue promovido y formado por jicamarquinos originarios y sus hijos residentes en Lima. Ultimamente se tiene información que en este anexo estarían dando en "arriendo" lotes a los migrantes provenientes de las zonas de emergencia y al intento de independizarlo en el Registro Nacional de Comunidades Campesinas.

Pero conviene resaltar que ni aún las condiciones de exclusividad pudieron atraer a asentarse en un área periférica a la urbe a los descendientes de jicamanjuinos residentes de la Gran Lima. los cuales han adquirido en el curso de dos generaciones hábitos más urbanos.

 

2.3.Los asimilados: nuevos actores sociales de la periferia urbana

Los pobladores de los anexos, casi todos migrantes de todas las regiones de la república, pueden ser agrupados en dos grandes grupos. De un lado, los comuneros asimilados residentes permanentes, es decir, aquellos que necesitan de un espacio para vivir porque no tienen dónde hacerlo; se trata de familias que realmente carecían de vivienda y proceden de sectores populares con bajos ingresos; muchos de éstos han vivido antes en barrios populares de Lima y otros han abandonado el interior del país y requerían instalarse de inmediato. Estos asimilados que efectivamente residen ("hacen vivencia") consiguieron generalmente su lote en algún anexo a fravés de relaciones personales, es decir, de parientes o paisanos que ya fueron asimilados.

El otro grupo de comuneros asimilados de los anexos está formado por familias que tienen ya una vivienda en algún lugar de Lima. A excepción de los habitantes de dos de ellos -Alta Paloma y Cerro Camote-, los asimilados de los demás anexos cuentan con vivienda en alguna zona cercana de Lima, como Yerbateros, Ate, Comas, Independencia, etc. Por eso no residen en sus lotes. Generalmente en las aspiraciones de este grupo está la imagen de una casa-huerta, donde pueden vivir temporalmente y al mismo tiempo dedicarse a algún tipo de producción en pequeña escala. Aquí se trata de personas cuyos ingresos les posibilitan materializar pronto sus deseos. Este caso puede ser ilustrado por un anexo cuyos miembros inscritos en los padrones como comuneros asimilados son comerciantes del Mercado Central de Lima; incluso mantenían una oficina en el centro de Lima donde sesionaban regularmente. En este grupo existe una gran diversidad ocupacional: obreros, artesanos, comerciantes, empleados en general, profesores, ingenieros, etc. Esta variedad de comuneros asimilados otorga un matiz particular a los espacios costeros de la comunidad donde la obtención, consolidación y defensa del lote es la preocupación central. Estos comuneros frecuentan sus lotes los fines de semana y feriados, para hacer algún trabajo comunal o particular, por lo que son conocidos como los "domingueros".

Para conocer las características de los anexos hemos recurrido a una encuesta aplicada en cinco anexos, muestra representativa de la "parte baja" de Jicamarca. Se estima que la población total de este sector de la comunidad, urbanizado y próximo a Lima, es del orden de 5 000 familias. Demográficamente una de las primeras características más saltantes es la alta proporción de la población joven; y es que los Anexos son centros poblados de reciente creación a donde acuden preferentemente los matrimonios jóvenes. De otro lado puede notarse una distribución proporcional entre hombres y mujeres, como puede apreciarse en el cuadro N° 4.

En cuanto a niveles de escolarización, la mayor parte de esta población tiene educación primaria y una pequeña parte secundaria, tanto en hombres como en mujeres, lo que les proporciona condiciones requeribles para desenvolverse más o menos apropiadamente ante las exigencias de la vida urbana; el analfabetismo es insignificante.

Otro elemento particular de los anexos es la presencia considerable de personas bilingües (español-quechua), aunque los hispanoparlantes son mayoritarios tanto entre los hombres como entre las mujeres. El hecho de que los padres hablen idiomas autóctonos influye de algún modo en la educación informal de los niños.

 

Pero quizás la característica más importante sea la gran diversidad ocupacional en la población mayor de 15 años de edad, lo que marca la principal diferencia con el poblador de la comunidad matriz. Tipifica la condición de migrantes, el que las mujeres todavía no puedan entrar al escaso mercado formal del trabajo y la mayor parte de ellas se queden en casa para hacer las labores domésticas, mientras que en los cinco anexos de la muestra, se nota que la ocupación de obrero de construcción civil es la más generalizada entre los adultos de sexo masculino porque para los migrantes varones, que en su mayoría sólo tienen educación primaria, no existe alternativa más inmediata. Sin embargo, el campo de ocupaciones que puede observarse en el cuadro N° 5 se revela amplio y diversificado.

Esta variedad de comuneros asimilados tienen deberes frente a los organismos de los anexos; entre ellos está el asistir a las asambleas convocadas dominicalmente por las autoridades (verdadero ritual que intensifica las relaciones de lealtad recíproca); asimismo, es obligatorio el pago de cuotas, una de ingreso (se da a la Junta Directiva del anexo) y dos mensuales de dos cuotas (una para la Junta Directiva del anexo y otra para la Directiva Comunal), las cuales servirán para sufragar los gastos de las gestiones que realizan los dirigentes. También deben participar en las "faenas comunales" y en obras de utilidad colectiva, como abrir una ruta carrozable, por ejemplo.


Mención aparte merecen los dirigentes de los anexos. Estas personas tienen un bagaje cultural que los diferencia del dirigente tradicional de la comunidad matriz. Por su manejo del vocabulario legalista y su conocimiento de los vericuetos del aparato judicial, estos asimilados constituyen los conductores del proceso de urbanización de la comunidad. Su capacidad de iniciativa se sustenta en sus conocimientos, que abarcan desde hacer un simple trámite en dependencias públicas hasta manejar información sobre abogados, comisarías, jueces e incluso sobrellevar múltiples denuncias personales de parte de los otros agentes del proceso urbanizador, que desata la especulación sobre los bienes raíces. La, ocupaciones laborales de estos dirigentes les permiten desenvolverse eficazmente en diferentes situaciones y niveles sociales; entre éstas se pueden mencionar las de funcionarios públicos, con alguna experiencia gremial, periodistas, profesores y comerciantes. Su extracción provinciana, aunada a la capacidad personal pára desempeñar estas funciones, les da el prestigio suficiente para concentrar la atención y la confianza del resto de los asimilados.

 (Continuará…) 

Comentarios

  1. He aquí un buen espejo donde se pueden mirar los componentes de los ANEXOS DE QUIPAN...Como vemos la expansión urbana indetenible de la Capital del Perú terminará por afectar a los ANEXOS...

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