Breve Reseña del Pueblo de Quipán
Autor: Manuel Campos Badillo (Elaborado en Marzo, 2014 - actualizado en Julio 2020)
Quipán es un hermoso pueblo ubicado en el distrito de
Huamantanga, provincia de Canta, departamento de Lima.
El poblado se encuentra en una planicie al lado del adorado cerro de Shonco Marca, el nevado de Yanacaca, las pampas de Conchococha, el maizal de Ireicha, rodeado de terrenos de cultivo individuales y terrenos comunales.
Inicialmente existieron cuatro Ayllus, que durante la época del Virrey Toledo
bajo el proceso de “Reducción de Ayllus”, fueron unificados en lo que ahora es
el pueblo de Quipán.
La vida comunal es una vida simple dirigida a la agricultura y ganadería en
pequeña escala acompañada de trabajos comunales. Generalmente cada residente
posee parcelas de terreno donde cultiva papas, habas en la parte alta del
pueblo, y en la parte baja que es ligeramente más cálida, maíces, verduras,
árboles frutales. Cada comunero posee vacas, caballos, burros, ovejas,
gallinas.
Los residentes de la comunidad eligen a sus autoridades locales quienes dirigen
los destinos del pueblo, arbitran disputas, asignan responsabilidades, y
supervisan que en general haya armonía entre la gente y armonía con la
naturaleza.
El agua es un recurso precioso que se administra por la comunidad. El sistema de riego es por turnos compartidos entre todos los pobladores. El agua es racionada y asignada a cada comunero a discreción del juez de aguas quien tiene autoridad total y final sobre la distribución y uso de este recurso natural. De acuerdo a la ubicación de sus tierras, el comunero se inscribe para recibir un turno de tal o cual manantial y, de acuerdo al número de personas que han requerido el servicio, el juez de aguas publica listas de los días en que cada comunero puede regar sus sembríos.
Tener acceso al agua, es de importancia fundamental en la vida en Quipán. La
persona que recibe su “turno” de agua debe, el día anterior a su turno,
verificar que las acequias conducentes a su propiedad estén limpias y que la
represa esté asegurada para almacenar el agua durante la noche. Cuando es
necesario hará arreglos o reparaciones a las acequias para que el agua llegue
sin muchas pérdidas en el camino.
Las viviendas están construidas de adobes sobre cimiento de piedras. El proceso de construcción conlleva gastos y emociones grandes y se hace, en el espíritu cooperativo de la comunidad, en el formato de “aychama” que significa “hoy por ti, mañana por mí”. Cuando la construcción ha terminado, o se ha llegado a un punto crucial del trabajo, viene el momento de celebración. Es común que algún familiar o amigo exprese regocijo, felicitación por el trabajo, ofreciendo el “apacuy”, que es una forma de presentar un galardón por una tarea concluida. El apacuy consiste en llevar bebidas y comida al lugar donde se ha hecho el trabajo, acompañado de música de un arpa, algunas veces un violín, engalanando el momento con banderas coloridas.
El espíritu educacional de Quipán, durante los años 50, vivió su momento más
grato, sus años dorados. No puedo evitar poner mi grano de admiración en este
periodo en el cual, lo reconozco, no soy imparcial. Durante la dirección de
Manuel Jesús Campos Santos, la vida educacional en Quipán cobró un auge nunca
antes visto y no repetido después. Durante esos años funcionaron tres escuelas:
la escuela de Varones Número 420, la Escuela de Mujeres Número 436 y el Jardín
de la Infancia Número 315. El entusiasmo educacional era palpable en las
diferentes actividades que por esos días se llevaban a cabo. Las fiestas
cívicas nacionales se celebraban en conjunto por las tres escuelas,
generalmente en la plaza del pueblo, al lado del monumento a Francisco
Bolognesi. El aniversario nacional tomaba un aspecto especial, empezando el 27
de julio en la noche, con el “paseo de antorchas” caminando desde la escuela de
varones en dirección a la pila, y regresando por otras calles del pueblo para
llegar nuevamente a la plaza. Durante el recorrido se sentía la emoción de los
alumnos quienes entonaban canciones, hacían “viva la independencia”, “viva el
Perú”, etc, y los espectadores a través del recorrido. Al llegar a la plaza, la
celebración continuaba con una “velada literario musical”, gran espectáculo
para niños y adultos, espectáculo presentado en un teatro al aire libre
previamente levantado con palos sujetando sábanas que dan el aspecto de un
teatro al aire libre. Impresionante.
Se realizaban concursos entre las escuelas del
distrito que constituían los pueblos de Quipán, Huamantanga, Marco y Puruchuco.
Esos concursos evaluaban conocimientos básicos de matemáticas, historia,
geografía, artes manuales. Se realizaban igualmente actividades deportivas y
excursiones de visitas de una escuela a otra.
Uno de los acontecimientos memorables, que se recuerda por los partícipes con mucho entusiasmo, fue un concurso deportivo en Conchococha donde, además de los juegos deportivos, se asignaría uno de los premios más importantes para la escuela que llegase antes que los demás a las pampas de Conchococha. La escuela de Marco, muy de mañana, se puso en camino hacia Conchococha, engalanando su caminar con sonidos de trompetas y tambores, dando toda la importancia a una jornada de conquista, de triunfo. Ese bullicio alertó a la escuela de Quipán, quienes desde la noche anterior estaban concentrados en un salón de la escuela con el propósito para muy de mañana empezar la jornada. Al escuchar el sonido de la banda de la escuela de Marco, la escuela de Quipán inmediatamente se puso en pie en dirección hacia Conchococha. Cuando, tiempo más tarde, la escuela de Marco llega a Conchococha, triunfalmente haciendo el bullicio de alegría, expresando “viva la escuela de Marco”, etc, se encuentran con la sorpresa que la Escuela de Quipán ya estaba esperándoles y al momento que vieron llegar a los alumnos de Marco, la banda de música de Quipán tocó una diana de bienvenida (o de burla de acuerdo al punto de vista) para recibir a la escuela de Marco. El entusiasmo era palpable.
Problemas de disputas internas eran resueltos por las autoridades locales. El
pueblo cuenta con una pequeña cárcel donde de cuando en cuando se ha visto a
alguna persona que por ebriedad se ha pasado del límite y ha requerido que la
autoridad pertinente lo detenga hasta que se haya puesto bien de la cabeza.
Antes de salir de la cárcel, el infringente habría de recibir una buena
amonestación y recomendación de que no vuelva a incidir en la falta.
Casos judiciales especiales han requerido la
participación de autoridades fuera del pueblo. Mis abuelitos César y Rosa
contaban con entusiasmo sucesos de la época en que ellos vivieron y observaron.
En nuestras noches de conversación, luego de la cena, contaron del caso muy
notorio de la época en que las comunidades de Quipán y Puruchuco tenían
divergencia de opinión acerca de donde recae la línea divisoria entre ambos
pueblos. Por una parte el pueblo de Quipán argüía que el lugar en mención había
siempre pertenecido al pueblo desde tiempos inmemoriales y consecuentemente era
propiedad del pueblo de Quipán. La comunidad de Puruchuco afirmaba que en un
documento, que databa de la época del virreinato, estipulaba los límites
incluyendo el terreno en disputa. Fue necesario buscar nuevamente la ayuda de
autoridades de la provincia, quienes igualmente vinieron con un juez y
soldados. En el folklore del pueblo se cuenta del momento en que ante el juez,
la comunidad de Puruchuco presentó el alegado documento. En defensa una dama
del pueblo de Quipán pidió ver tal documento para cerciorarse de su veracidad,
pedido que fue accedido por el juez. La dama de Quipán, frente a toda la
congregación cogió el documento, lo rompió en pedazos y se los comió delante de
todos quienes atónitos miraban lo sucedido. Para los pobladores de Puruchuco
ese fue un acto descalificatorio, para los de Quipán fue un acto sublime pasado
lo cual nombraron a tal dama Heroína del Pueblo.
Las fiestas comunales son de importancia trascendental
en la vida social del pueblo. En un lugar donde el esparcimiento espiritual es
limitado, donde las actividades diarias norman la vida de los comuneros bajo un
ritual ligado al trabajo constante, tener de cuando en cuando oportunidad de
cambiar esa rutina por un día de música, alegría, espectáculos, comidas,
bailes, es sumamente acogedor. Otro atractivo sumamente importante es que en
las fiestas se verán a los conjuntos de bailes pertinentes a la época, y que
igualmente se ha de gozar de saborear comidas deliciosas como picarones,
helados, panes dulces y fruta fresca traídas de la costa. La gente espera con
ansiedad la llegada de las festividades locales. Las celebraciones de fiestas
en el pueblo, son indudablemente el centro de atracción emocional para toda la
comunidad tanto de residentes locales como de los que han salido fuera. Es
común que pobladores que se encuentran en Lima, Huaral, Huacho y otros lugares
del país regresen para por unos momentos reencontrarse con amigos y familiares.
Las “Fiestas Patronales” son responsabilidad de todos
los comuneros, mientras que las fiestas celebradas por entidades particulares
descansan en la voluntad de los socios de la organización. En ambos casos los
gastos son grandes, generalmente representando una inversión económica mayor,
cuyos fondos se han de conseguir durante meses de trabajo. El encargado de la
fiesta es conocido como el “mayordomo” de la fiesta.
Las festividades patronales se llevan a cabo, generalmente con músicas bien definidas para cada momento.
Para el 29 de junio, día de San Pedro, se hace una representación de un
espectáculo que se conoce como “Fierabrás”, una pelea durante las cruzadas
entre Cristianos y Moros. Nunca pude encontrar una explicación que diga por qué
representamos algo que no tiene relación con la experiencia peruana. Quien sabe
sea un rezago de las enseñanzas de los españoles quienes en su afán de
proselitismo religioso utilizaron este mecanismo para explicar la necesidad de
adoptar el cristianismo. Esta escena está acompañada con el cántico triste de
un grupo de damas, las “pallas”, quienes parecen estar llorando y en sus
canciones repitan una misma frase como un cántico doloroso.
En diciembre, para las Navidades, el baile de los negritos consiste en conjuntos, todos hombres, bajo la dirección de un “Caporal”. Existen dos formas de baile, una es “Los Negritos de Tarea” y la otra “Los Negros Viejos”. Los “Negritos de Tarea” bailan rítmicamente siguiendo la dirección del “caporal” quien da muestra de la tarea a cumplirse. Los bailarines hacen espectáculos de destreza atlética, como ponerse de cabeza, bailar en el suelo con el cuerpo en el aire sujeto solamente con un brazo. Es admirable observar la destreza de los bailarines haciendo movimientos difíciles siempre rítmicamente. Los “Negros Viejos” hacen representaciones satíricas de lo sucedido en el pueblo durante el año y van haciendo bromas a las personas quienes gozan con las bromas y el momento.
En el fondo del corazón quipanista, representando lo más profundo de sus
vivencias y emociones, está la hermosa música y baile de “Los Abuelitos de
Quipán”. En este baile, grupos de hombres, bailan al compás de la incomparable
música. Usan vestimenta de gala consistente en terno de fiesta, cintas
coloridas y largas colgando desde la cabeza hasta los pies, una máscara
representando la imagen de un hombre blanco, sobre la máscara espejos adornados
en cintas, cascabeles en los tobillos. Esta música y baile encierra en sí, el
ser, el sentir, el vivir, la fe, la esperanza, la armonía con la naturaleza que
representa ser poblador de Quipán. Cada observador puede extraer su propia
explicación del baile. Para mí, esta es una música alegre, jovial, dulce que
proyecta la alegría encantadora de vivir, sentir la dicha del amanecer, gozar
de los momentos de juventud. Avanzando el tiempo, la música se hace sobria, y
emocional, hasta que al final del día llega el momento sublime, que en mi
entendimiento es el encuentro con uno mismo, con nuestro ser, nuestra razón de
existir. Este momento de reflexión es lo que se llama “El Saucesito”,
representa en mi explicación personal, detenerse en el camino, posiblemente al
lado de un sauce símbolo de amigos o seres queridos, y meditar en lo acontecido
en nuestras vidas y reconocer que somos transeúntes en nuestro viaje por esta
tierra. Esa etapa nos dice que hemos empezado muy alegres y juguetones en la
mañana, pero ya llega la tarde, y es necesario reconocer que el final está
esperándonos. Lágrimas vienen a nuestros ojos, así y eso lo representan en este
baile, y es la parte más emocionante de esta experiencia musical. Somos
peregrinos y tenemos que continuar nuestro recorrido.
Una canción muy sentida está dedicada al cerro de
“Shonco”
Cerro de
Shonco
yo ya me
voy
Cerro de
Shonco
que
triste estás
Cerro de
Shonco,
quien te
verá,
durante
mi ausencia…
todos
dirán ya se fue
nadie me
recordará,
pero yo
volveré
a mi
santa tierra...
Quipán, tierra noble, dulce, encantadora de emociones fuertes y profundas.
Que bonitas semblanzas del pueblo lejano que vio nacer a Manuel Jesus Campos Vadillo...vemos que importante es tener un medio medio moderno de difusion...
ResponderEliminarEstimado megamatsmart: me alegra te haya gustado mis reseñas acerca del pueblo de Quipán. Efectivamente estamos en un mundo en que la comunicación electrónica nos une no importa la distancia donde nos encontremos.
EliminarGracias a los creadores del blog “Quipán y sus Anexos” por mantener este medio de comunicación que permite mantener y reanudar amistades de nuestra infancia.
No tienes por que agradecer Manuel, por el contrario te agradecemos a ti por tu colaboración y esperamos lo sigas haciendo.
EliminarMis Felicitaciones y agradecimiento Manuelito por tan magnífica descripción, lleno de sentimiento, de los muchos momentos maravillosos vividos de niñes que nunca volverán, pero como dice el dicho recordar es volver a vivir; pero yo quiero aprovechar esta magnifica oportunidad para Rendir mi eterna GRATITUD a nuestros queridos Profesores, en especial a tu Señor Padre QEPD, al que en vida tube la suerte de enviarle con mi sobrino Cesar Gabino Campos Campos con ocasión de celebrar sus 100 años, 'Homenaje al Maestro de Maestros" mi eterna gratitud mi querido maestro hasta el infinito, en el lugar de la eterna Gloria del Señor. Gracias nuevamente Manuelito y saluda a tus hermanos y familiares en USA, un abrazo a la distancia.
ResponderEliminarGracias estimado amigo por tus muy apreciadas palabras acerca de mis anotaciones referentes al pueblo de Quipán. Recordar al pueblo donde uno ha vivido los dorados días de nuestras vidas evoca emociones personales que las compartimos en este blog.
ResponderEliminarGracias especialmente por tus cálidas palabras acerca de mi papá. El amó la educación y muy especialmente a sus alumnos por quienes dió su corazón.
Es muy grato disfrutar de vuestra semblanza quipanera y con ella conocer parte de la historia de nuestra tierra. Me hizo recordar cuando era alumno del 420, de los campeonatos en Conchococha, de "Cerro de Shonco" y de otras actividades con nuestros maestros liderados por Manuel Jesús Campos: propuso una dinámica muy activa en la educación y logro plena participación de la comunidad en la escuela y viceversa. El maestro Manuel Jesús se trasladó al Progreso - Carabayllo y en 1965 fui su alumno de 5to año de primaria. Fue allí donde recibí la mejor lección de mi vida: una nalgada con el "San Martín" por llegar tarde a pesar que vivía a dos cuadras del colegio; hasta ahora llevo con orgullo la puntualidad y la disciplina como paradigmas en el desempeño profesional. Felicitaciones Manuel, sera muy valioso otros artículos tuyos.
ResponderEliminarBuenos días Víctor:
EliminarMe alegra saber que te haya gustado mis anotaciones sobre nuestro querido pueblo. Como no recordar con alegría y algo de nostalgia el lugar y el momento que simbolizaron nuestros días dorados.
Gracias por el recuerdo de mi papá en sus trabajo en la escuela. Una buena enseñanza en esos días es de utilidad para toda la vida.
Un fuerte abrazo
Bueno esta dinámica de comentarios, de intercambio de opiniones, de contar experiencias, a veces sólo grabadas en nuestras mentes, son algunos de los objetivos de este Blog, por ello aprovecho para destacar a los que han comentado sobre el artículo de Manuel Campos Badillo, desde muy lejos, a quien no lo vemos desde hace varios años, pero por este medio lo tenemos aquí recordándonos, como era Quipán en los años de 1950 a 1960.
ResponderEliminarMuy bueno tener este medio de comunicación electrónico, que gracias a los organizadores de “Quipán y sus Anexos” nos permite re-encontrarnos en pensamiento. Continuemos la conversación que se hace muy interesante, amena y reconfortante. Saludos.
Eliminar